El ASMA - ¿Cómo controlarlo?


El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que dificulta el paso del aire a través de los bronquios. Se caracteriza por episodios repetidos de tos y/o silbidos, y es reversible ya sea espontáneamente o mediante la administración de broncodilatadores.

Tiene una gran prevalencia en la población infantil, pero no siempre se diagnostica adecuadamente, y ello dificulta su control. Se calcula que entre el 5 y el 10% de los niños menores de 10 años tienen asma.

Los primeros síntomas se presentan antes de los 5 años. Es más frecuente en los niños que en las niñas.

CAUSAS

Los factores más asociados a su aparición son:

  • Historia personal de alergia (a la proteína de la leche, al huevo, al pescado, reacciones exageradas a picaduras de insectos, eczemas…).
  • Antecedentes familiares de asma o alergia.
  • Exposición precoz al humo del tabaco y otros aeroalérgenos (tanto durante el embarazo como después).
  • Infecciones víricas de la vía aérea.

El asma la pueden desencadenar los siguientes factores:

  • Alergias: son una causa muy importante en los ataques de asma. Una persona es alérgica cuando reacciona de manera anormal a sustancias específicas. Estas sustancias hacen que el organismo predispuesto produzca anticuerpos en abundancia, que combinados con ellas provocan la liberación de sustancias químicas que pueden causar el estrechamiento de los bronquios.
  • Infecciones víricas: son responsables de muchos ataques asmáticos, sobre todo en niños pequeños. Los estornudos, la nariz que gotea y la fiebre aparecen antes que la tos y los silbidos. Seguramente, la inflamación que provoca el virus irrita las vías aéreas, consiguiendo la contracción de la musculatura bronquial.
  • Factores climáticos: también provocan crisis de asma el aire frío, la niebla, la bajada brusca de las temperaturas y el ambiente húmedo.
  • Contaminación y sustancias irritantes: también tienen una acción desencadenante sobre las vías aéreas. El humo del tabaco es como mínimo 10 veces más potente como agente irritante que los índices más altos de contaminación que se registran en las ciudades.
  • Factores emocionales: hay que tener en cuenta los problemas emocionales del niño. El estrés y las tensiones familiares pueden agravar la enfermedad y, a veces, facilitar su ataque. Hay que tener un buen conocimiento de la enfermedad para poder hacerle frente.
  • Medicamentos: algunos medicamentos como la aspirina, el ibuprofeno…, pueden producir crisis asmáticas.
  • Alimentos: no es frecuente que sean causa de crisis, pero, si se observa alguna alteración asmática con la ingesta de algún alimento o al tomar determinadas bebidas, hay que eliminarlos. Los alimentos más asociados a problemas alérgicos son las frutas secas. Es recomendable evitar colorantes, conservantes y aditivos. Consultar al especialista para cada caso.
  • Ejercicio físico: muchos niños sufren asma inducida por el ejercicio. Sin embargo, los niños con asma no deben evitar el ejercicio físico, y no deben ser excluidos de las actividades deportivas. Hay que estudiar qué actividades les son más convenientes.

SÍNTOMAS y señales

Los síntomas más comunes son:

  • Silbidos.
  • Presión o dolor en el pecho.
  • Tos.
  • Dificultad para respirar, y tener que hacer las inspiraciones cortas.
  • Falta de energía para hacer las actividades diarias.

Los síntomas más graves son:

  • Respiración con silbido, incluso después de haber tomado la medicación.
  • Malestar y problemas para respirar, sin que se oiga el silbido, lo cual puede indicar un punto más agudo y crítico de la enfermedad.
  • Problemas para andar o para hablar, parones cuando se juega y falta de energía para volver a empezar.
  • Contracción de pecho y cuello cada vez que se respira.
  • Labios y uñas grises o azules. ¡Si eso ocurre SE DEBE llevar rápidamente al enfermo a urgencias!

¿Cuál es el TRATAMIENTO?

Hay diferentes fármacos para tratar el asma. La elección dependerá del grado de la enfermedad. Unos se utilizan de forma intermitente (los aliviadores o mitigantes), sólo cuando aparecen los síntomas, y otros se administran de forma continuada (los preventivos).

Todos los estudios recientes recomiendan la vía inhalatoria, tanto para el tratamiento regular de mantenimiento, como para el tratamiento de la crisis asmática y también para su prevención. Además, se dispone de formas preventivas por vía oral que pueden ser útiles si la vía inhalatoria presenta dificultades y no se cumple correctamente el tratamiento.

  • Aliviadores o mitigantes (salbutamol, terbutalina). Son broncodilatadores de inicio de acción rápida y duración corta. Se utilizan para la prevención inmediata del asma inducida por el esfuerzo. Un alto consumo de estos medicamentos indica un mal control de la enfermedad.
  • Preventivos. Los más empleados son los corticoides inhalantes (beclometasona, budesonida, fluticasona). Tienen una potente acción antiinflamatoria local y son muy bien tolerados.
    Están indicados cuando el enfermo tiene síntomas repetitivos que le obligan a una utilización frecuente de los «aliviadores».
    Para conseguir el efecto de estos medicamentos se debe hacer un uso continuado de ellos.
Créditos:  https://www.farmaceuticonline.com/es/asma-ejercicio-fisico/

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