FATIGA LABORAL



Ayer estuvimos concentrados en temas de planeación y programación para el 2021, como siempre, en medio de la disertación salió a relucir el cómo afecta el rendimiento del trabajador la denominada "FATIGA LABORAL" o lo que es lo mismo, ese cansancio inexplicable que genera lentitud, apatía y muchas veces termina en depresión o afectaciones crónicas físicas.

La fatiga laboral es una consecuencia de la actividad excesiva y del trabajo monótono, pudiendo ser aliviada con horarios razonables, periodos de descanso adecuados y tiempo suficiente para el sueño, el recreo y la alimentación. La fatiga por tanto, se presenta como una aptitud decreciente para efectuar un trabajo.

Los periodos de trabajo largos van asociados inevitablemente al cansancio, en estos casos, la sensación de fatiga actúa como un dispositivo de protección del organismo, que sirve para impedir el agotamiento total.

Tradicionalmente se han clasificado los distintos tipos de fatiga de la siguiente manera:

  • Fatiga general: por lo común afecta a todo el organismo, tanto física como mentalmente.
  • Fatiga sensorial: ocasiona dolores e hipersensibilidad en el sistema nervioso.
  • Fatiga física: ocasiona dolores localizados en músculos determinados.
  • Fatiga mental: genera tensión en el individuo, creada por una actividad mental intensa o prolongada, la padece principalmente los que desempeñan trabajos intelectuales, los que realizan trabajos de gran precisión o los sometidos a una gran responsabilidad.
  • Fatiga crónica: se produce por una falta de recuperación y escasez de suficiente descanso en etapas sucesivas del trabajo o fuera de él, que provoca una sensación de malestar, física y emocional y que mantenida en el tiempo, da como resultado una fatiga crónica, retroalimentada por la rutina diaria.

Los principales mecanismos del cuerpo humano afectados son:

  • El sistema circulatorio.
  • El aparato digestivo.
  • El sistema nervioso.
  • El sistema muscular.
  • El aparato respiratorio.

El trabajo físico continuo altera a estos mecanismos, de manera separada y conjunta. Las posibles causas que pueden provocar la fatiga son:

  • La monotonía de las tareas.
  • La intensidad y duración del trabajo físico y mental.
  • El medio físico del trabajo (temperatura, ruido, luz).
  • El exceso de condicionantes mentales (responsabilidad, preocupaciones, conflictos).
  • Enfermedades y dolores crónicos.
  • La mala nutrición.

Los síntomas que provoca la fatiga pueden dividirse en las siguientes categorías:

  • Síntomas fisiológicos: la fatiga se interpreta como una disminución de la función de los órganos o del organismo completo. Pueden producirse reacciones fisiológicas, como el aumento de la frecuencia cardíaca o de la actividad eléctrica muscular.
  • Síntomas conductuales: la fatiga se interpreta, principalmente, como una disminución de los parámetros del rendimiento. Entre los ejemplos está el aumento en el número de errores cuando se realizan ciertas tareas o un aumento en la variabilidad del rendimiento.
  • Síntomas psicofísicos: la fatiga se interpreta como un aumento en la sensación de agotamiento y un deterioro sensorial, dependiendo de la intensidad, la duración y la composición de los factores de estrés.

Una de las dificultades que se presentan al tratar la fatiga es su medición. Otro problema, es el grado de tolerancia del individuo frente a la misma. Además existen muchas variables exteriores al trabajo, que contribuyen a la fatiga del trabajador, pero estas son en gran parte de tipo personal y están por tanto, fuera de la capacidad de acción del empresario.

Por ello, es importante establecer mecanismos y prevenciones que ayuden tanto al trabajador, como el empleador a detectar a tiempo los síntomas y tratar a tiempo cualquier afectación que pueda desencadenar malestar en su estado físico o emocional.

Contenido tomado de:  https://revistadigital.inesem.es/

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